Comentario de Laocoonte y sus hijos.



Se trata de una escultura, más concretamente se trata de Laocoonte y sus hijos, escultura perteneciente a la Época Helenística, y cuya autoría se le atribuye a Agesandro, Atanadoros y a Apolodoros, de la Escuela de Rodas.

Es una escultura exenta, fija y de bulto redondo. Está fabricada en mármol blanco mediante la talla de este, tiene una función conmemorativa y podría tratarse de un exvoto.

La escultura representa a Laocoonte y sus hijos enredados entre dos serpientes. Esta escena nos remonta a la Guerra de Troya. Laocoonte advirtió que no era buena idea pasar el caballo que los griegos habían dejado a los troyanos a la ciudad, por lo que lanzó su lanza al caballo. Tras esto, Laocoonte y sus hijos fueron estrangulados por dos serpientes marinas.

Esta escultura presenta un increíble dinamismo (muy irregular) y un carácter plurifocal. Este dinamismo es apreciable en las ondas que hacen las serpientes para poder agarrar todo el cuerpo de los personajes. También lo observamos en la postura de los tres protagonistas; el hijo de Laocoonte situado a nuestra derecha intenta librarse de la serpiente que le agarra el tobillo, el de la izquierda también intenta zafarse de ella e incluso le llega a levantar del suelo, y vemos como Laocoonte está agarrando a la serpiente que le muerde la cadera.

Destacamos el detalle de los cuerpos de los tres personajes; la musculatura está increíblemente definida, las venas de los pies y de los brazos están marcadas, lo que nos indica que tenían un soberbio conocimiento de la anatomía.

Podemos apreciar la expresividad de los rostros, muy exagerados y teatrales; los hijos de Laocoonte miran a este con rasgos desesperados. Laocoonte presenta un rostro muy expresivo, de desesperación y dolor a su vez, pues le está mordiendo una serpiente.

Las texturas son múltiples; el pelo y la barba de Laocoonte presentan un gran detalle y un juego de luces y sombras, la piel es suave y los pliegues de las capas están muy bien conseguidos.

Esta escultura es el paradigma de la escultura mimética. Se ha abandonado la representación del Ethos, para representar el Pathos.

El Laocoonte y sus hijos tendrá grandísima influencia en el Renacimiento.

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