Comentario Doríforo de Policleto
Contemplando esta
obra observamos la encarnación del cuerpo masculino perfecto. Además cumple con
todas las características de la escultura griega en su periodo clásico como son
la elegancia austera, alejado de las formas hercúleas. Sereno y sosegado, lo
que le imprime un aire de solemnidad y grandeza. En cuanto a la composición,
observamos el uso del "contrapposto", donde la mayor parte del peso
apoya en una pierna, dejando la otra exonerada. Esta tensión se libera con una
ligera inclinación de la pelvis y en los hombros. Debido, a que el peso recae
sobre una pierna, el copista, a incluido un estribo, en forma de roca, junto a
la pierna que soporta el peso. Es posible, que su original de bronce, debido a
su ligereza, careciese de este complemento. En la parte superior, la tensión
recae sobre el brazo contrario a la pierna que soporta el peso, brazo, que
aparece flexionado al portar una lanza, mientras que el brazo contrario queda
libre de tensión, la talla de la cabeza,
mirando hacia un lado, permite romper con el frontalismo y abrir la escultura a
diferentes puntos de vista.
Es
la utilización del "contrapposto", lo que confiere movimiento y
dinamismo a la composición que se aleja de la rigidez estática y geométrica de
los kuroi, hay cierto resabio de
arcaismo, que se advierte en la talla de los pectorales planos, y las duras
líneas de la cintura y la cadera, demasiado marcadas.
Debido a la
interpretación de la belleza, como armonía y proporción, y éstas como
equilibrio entre las partes. Policleto utiliza esta escultura para mostrar, así
la altura de la escultura corresponderá con la medida de 7 cabezas y media. El
torso, puede dividirse en tres partes iguales tomando como medida, la existente
entre el pliegue inguinal y el ombligo. También, la cara, aparece divida en
tres partes iguales coincidentes con la frente, la nariz y el mentón. Buscando
en todo momento alcanzar, esa proporción y armonía que conduzca a la belleza
ideal.
En el "Doríforo" podemos resumir,
todos los aspectos, que Policleto plasmó en un libro conocido como
"Kanon", y que aspiran a encontrar la belleza ideal del cuerpo
humano. Esta escultura, junto con el "Discóbolo" de Mirón, inician el
Periodo Clásico de la Escultura Griega, y serán, modelos a seguir, tanto en su
composición, como en su interpretación de la belleza, a partir de variables
como la proporción y la armonía, que tendrán reflejo en artistas posteriores
como Lisipo o Praxíteles. Más tarde, en el Renacimiento, podremos seguir obras
tan importantes como el David de Donatello, o incluso en el David de Miguel
Ángel, así como en otros periodos posteriores como el Neoclasicismo.
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